En México, con el modelo latinoamericano de escuelas radiofónicas, a mediados de la década de los sesenta surgieron las primeras experiencias de radio rural – indígena con la llegada de Radio Teocelo y Radio Huayacocotla, ambas en Veracruz. Dos décadas después, principalmente en Oaxaca y Chiapas llegaron más experiencias de radios locales que nacieron para fortalecer movimientos sociales, como la del Ejercito Zapastista de Liberación Nacional (EZLN), o la lucha sindical de los maestros. Muchas de estas radios nacieron, nacen, y seguirán naciendo sobre un vacío legal pero con la legitimidad de sus territorios, ya que responden a comunicar la vida diaria del lugar donde se encuentran ubicadas. La ley de telecomunicaciones de 2013 quedó en deuda con las radios indígenas y comunitarias, con Sheinbaum se deben garantizar mayores oportunidades.
Entre los años 2005 y 2010 se registró un segundo resurgimiento de radios operadas por organizaciones civiles que lograron obtener un permiso de Gobernación Federal a través de la Secretaría de Transportes y Comunicación (SCT). Pero fue hasta el año 2013, a partir de las reformas a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTyR), y con la creación del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) cuando finalmente el Estado reconoció que los pueblos y comunidades, así como las organizaciones de la sociedad civil, tienen derecho a operar sus propios medios de comunicación obteniendo ya no un permiso, sino una concesión de uso social comunitaria, indígena y afromexicana.
Ya con las reformas de 2013, según el Registro Público de Concesiones, del 2015 al 7 de abril de 2025, de un total de 3,820 concesiones de radio en AM y FM, el IFT registró que 164 fueron otorgadas a radios comunitarias, 27 a pueblos indígenas, y 2 a comunidades afromexicanas, sumando un total de 193 concesiones para el sector de uso social comunitario, indígena y afromexicano.
De acuerdo a estas cifras, el sector de la comunicación indígena, comunitaria y afromexicana sigue siendo mínimo y desproporcional, frente a un poder mediático heterogéneo en contra de la defensa de la vida y el territorio.
Es mínimo y desproporcional porque las concesiones otorgadas a las comunidades, pueblos y organizaciones apenas representa el 5.05% del resto de concesiones otorgadas al sector comercial y público, cuando la apuesta de las reformas del año 2013 fue reservar el 10% del espectro radioeléctrico para las comunitarias, indígenas y afromexicanas. Por otro lado, las concesiones comerciales y públicas representan un poder mediático heterogéneo porque las narrativas de estos medios de comunicación están construidas a partir de las personas que ostentan un poder económico y político, oprimiendo las narrativas del sector popular que se presentan a través de los medios de comunicación que se construyen dentro de las comunidades y pueblos indígenas, cada una con intereses específicos, formando audiencias que entre sí también se confrontan.
Este texto solo es un apunte. ¿Tú qué esperas de las nuevas reformas que se están discutiendo en la admisnitración de Sheinbaun con la desaparición del IFT y la creación de Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones que supone entregar el poder a una sola persona?